Arte
Estamos ante una residencia civil de elegante ornamento clásico, que debemos situar entre las más excepcionales que se tengan documentado en la historia del arte del noroeste peninsular. Construida entre 1540-1545, su traza debe ponerse en relación con el círculo de colaboradores del gran arquitecto del Renacimiento español Rodrigo Gil de Hontañón.
Se compone de torre galana y cuerpo palaciano dispuesto perpendicularmente, además de los restos de un suntuoso corredor exterior. De sus portadas merece ser puesta de relieve la principal, que es un arco de medio punto enmarcado por pilastras, con entablamento y frontón triangular. Sobre la repisa de la escalinata abre una segunda puerta, con arco de medio punto moldurado y clave. Observamos el mismo clasicismo en la elegante ornamentación que le da valor añadido —como monumento único—, versada en los tratados de arquitectura y en grabados de moda.
El estilo plateresco se concentra en la decoración de determinados elementos estructurales y decorativos, como son portales, ventanas, soportes, frisos, cornisas, gárgolas... conviviendo las pervivencias tardo góticas y las vanguardias «a lo romano». En la misma línea, el sistema de proporciones y juegos de geometrías de todo lo edificado es muy claro.